Festejar ambas vidas....

¡Y si, hoy cumplo 40 años!

Casi que no llego a mis 40, pero un accidentucho - casi 11 años ya pasaron - no me iba a privar de mi Retoñor y de llegar a los cuarenta años, ¡obvio! Jajaja!

Lo de festejar ambas vidas es porque gracias al accidente, puedo decir que tengo dos vidas.

Una vida antes del accidente y mi "nueva vida" después del accidente, porque la vida te puede cambiar en un vuelco, literalmente.

Y si, repetiré la palabra vida cuantas veces quiera, porque de eso se tratar cumplir años, festejar que tenemos un año más de vida... O un año menos, depende del cristal con que se mire! Aaaajjajajaja!

Ayer hablaba de la "crisis de los 40", que para mí no lo es, porque estoy viva y eso es suficiente...

11:15 es la hora en que ,"oficialmente", nací un 24 de Julio de 1969.

El Apolo venía de vuelta a la tierra y los astronautas estaban amerizando cuando yo también venía a la tierra, pero aterrizaba en San Juan, un día de invierno pero con 30 ºC y un viento Zonda ¡que partía la tierra! Jaaajajaja! Y si, yo nacía en el invierno sanjuanino, pero ese día hacía calor, cosas de la naturaleza, ¿vio?

Puedo decir que he vivido mis 40 a pleno. Hice lo que quise, disfruté, amé, fui madre de mi Retoñor - el viento bajo mis alas -, sobreviví a un accidente del cual casi ni cuento el cuento y por ahora estoy en wheelchair/silla de ruedas, ¡pero acá estoy! ¡¡Feliz!! Si, feliz a pesar de todo y de todos...

El mejor regalo lo disfruto cada día de mi vida porque tengo a mi hijo Damián, el Retoñor, que con solo sonreírme, ya me hace la mami más feliz del mundo...

Mi familia es otro regalo que disfruto siempre. Los que tengo al lado como my little sister, mi sobrino-retoñito, mi papá, mi hermano con su esposa y mi sobrina Abi, y los que están lejos: mi otro hermanito con mi cuñada y mi sobri Nico en Río Negro, mi tío en Rosario, mis tías y Abuelita en los Estados Unidos.

Y obviamente mis amigos son los otros regalos que disfruto.

Los amigos que están lejos, los que están cerca y sobre todo mis amig@s blogueros...

Y hoy quise compartir un regalo que recibí de una de mis primeras amigas del alma que conseguí a través del blog.

Ella se llama Carlota, su blog "Haciendo camino" está en stand by, digo siempre, porque tengo la esperanza que algún día va a volver...

Ella tiene el don de escribir cosas maravillosas y esta historia es la que escribió para mi cumpleaños. Voy a copiarlo tal cual, con la imagen y todo. La música que acompañaba el post es la que escuchan de fondo. Y sigan el enlace del final, por favor.

Y me despido acá, hasta el lunes. ¡Buen fin de semana! Ya contaré que hice! Jeje!

Disfruten el regalo de mi amiga Carlota.

 

Carrito bebé, de Aitana Bernabé

 

Para Ivana, la mami, Feliz cumpleaños :)

Tenía vagos recuerdos de su estancia en el vientre que le gestó. Realmente su primer recuerdo consciente fue aquella mirada que se fundió con la suya, aquella sonrisa que inundó su pequeño corazón y expandió las comisuras de sus labios hasta dejar salir aquel sonido desconocido, como de cascabeles.

Luego una manos enormes se acercaron a su piel y la acariciaron. Sus minúsculos nervios reaccionaron instantáneamente ante esa sensación para él desconocida. Fué tal el cosquilleo que fué recorriendo zalamero su cuerpecito, que comenzó a mover agitado sus extremidades. La sonrisa de ella se repitió.

Sintió como era izado por aquellas manos hasta acercarlo a unas extrañas y cálidas protuberancias donde acomodó su cabecita. Aspiró el olor de ella como un animalito, para asegurarse de que siempre estaría con él. Jamás olvidaría esa fragancia, formaría parte de su vida.

Ella lo meció en sus brazos. El pequeño escuchaba los latidos de ella, y fué acomodando los suyos hasta conseguir el mismo ritmo, envuelto en aquella energía cuyo nombre ignoraba y cuya tibieza le iba cerrando los párpados. La boca de ella se abrió para susurrarle una hermosa melodía que le hablaba de cosas que todavía carecían de significado: una luna, una gaviota, una madre... Decidió que ella era esa palabra última: madre. Luego sus pequeños dedos se aferraron a su mano en un gesto ancestral. Ella decidió que estaba atrapada. Y no le importaba, se dijo sonriendo.

Ella le enseñó a volar, y juntos cada día surcaban cielos infinitos. Luego, un día, ocurrió algo. El viento cesó y su madre no podía iniciar su vuelo. El pequeño supo lo que tenía que hacer, se metió bajo las alas de ella y sopló. Un soplo en apariencia insignificante, pero dotado de una energía, esa energía que dicen mueve al mundo, esa energía cuyo nombre ahora conocía y que convirtió lo imposible en posible. Y fué el viento bajo sus alas.

Ella es Ivana, mi amiga argentina, y desde su blog Wheelchairrules se dedica cada día a soplar bajo nuestras alas, a insuflarnos un poquito de esa energía y demostrarnos que no hay barreras insuperables. En los links de la parte superior, donde la felicito, cuenta parte de su historia, os aconsejo que los leaís. Ella es un ejemplo de esperanza, ella es esperanza (pinchad link)