Vive la espiritualidad y comparte la humildad, el amor y la comprencion |
Diciembre es el mes de las fiestas navideñas, los niños ansiosamente esperan a Santa Claus y los adultos tendemos a recibir a tres imprevistos acompañantes: estrés, ansiedad y depresión. Comparto con ustedes varios consejos para prevenir o manejar a estos intrusos visitantes que tienden a opacar una de las temporadas festivas más alegres, pero que también nos traen nostalgia y tristeza; especialmente si estamos lejos de la familia, hemos experimentado la pérdida de un ser querido, un rompimiento sentimental o un trauma personal.
Lo primero que debemos hacer es reconocer nuestros sentimientos, es normal sentir nostalgia, tristeza y dolor. No escondas tus sentimientos para complacer a otras personas, no te obligues a sentir alegría si no lo sientes, y si tienes deseo de llorar hazlo en privado, y si necesitas desahogarte expresa lo que sientes con una persona de confianza, tu guía espiritual o un consejero de salud mental. Si te sientes solo/a hay eventos comunitarios y religiosos en los cuales puedes participar y te ofrecerán apoyo y compañía. Donar tu tiempo a obras benéficas te levantará el ánimo y estarás contribuyendo a una gran causa, lo cual representa el verdadero espíritu navideño.
Debes de ser realista, no exijas perfección, mantente flexible y no te aflijas si los planes cambian al último minuto, lo importante es celebrar el momento. Pon a un lado las diferencias. Acuérdate que cada persona es única, celebra las diferencias y acepta a los familiares y amigos tal y como son, incluso si ellos no cumplen con todas tus expectativas. Deja de lado las quejas hasta un momento más apropiado y se comprensivo/a si otros se molestan o se apenan cuando algo sale mal. Lo más probable es que también están sintiendo los efectos del estrés, la ansiedad y la depresión.
Adhiérete a un presupuesto antes de ir de compras para la cena y regalos, y acuérdate que la felicidad no se compra con una avalancha de obsequios materiales. Si tu presupuesto no da para regalarle a todos, da regalos hechos en casa o acuerden en intercambiar regalos entre la familia. Aprende a decir no, decir sí cuando deberías decir que no te hará sentir molesto/a y no vale la pena. Toma un respiro haciendo tiempo para ti, por lo menos 15 minutos a solas diariamente, escucha música relajante o tomándo un baño relajante de burbujas, y un vasito de vino o una taza de te de manzanilla no cae mal. Limpia tu mente para reducir el estrés y la ansiedad haciendo ejercicios de respiración y relajación y así podrás restablecer la calma interior.
Si no puedes controlar el estrés, la ansiedad o sentimientos de depresión, te recomiendo que busques ayuda profesional. Si tienes síntomas persistentemente tal como la ansiedad, no poder dormir, te sientes irritable, no poder enfrentar las obligaciones profesionales, laborales o de familia o tienes pensamientos de suicidio, busca ayuda consultando un médico o un profesional de salud mental. También puedes buscar asistencia comunicándote a la línea de ayuda de prevención de suicido nacional al 1-800-273-8255 y oprima el número 2 para hablar con alguien en español.
Las navidades son una temporada en la cual debemos conectarnos y fortalecer nuestra relación con nuestro Padre Celestial, no son los regalos y las cenas esplendorosas las que debemos enfocar, es la unión familiar, compartir con nuestras amistades y las personas menos afortunadas, si conoces a alguien que esta solo/a ábrele las puertas de tu hogar y tu corazón. Es aquí donde radica el verdadero espíritu y significado de la navidad, en la humildad y el amor hacia el prójimo.
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