Me gusta ir contra la corriente.

Y si, me gusta ir contra la corriente, por ahí pienso que tengo alma de salmón ¿?, ¡ajajaa!

Apenas tuve el accidente, muchas veces durante mi recuperación me decían que yo no iba a poder hacer una cosa u otra, y como buena caprichosa, yo les demostraba que si iba a hacer las cosas, o al menos lo iba a intentar ¡qué tanto! Y muchas veces no solo lo intenté si no que lo conseguí.

Si bien últimamente he dejado de “intentar” algunas cosas – con respecto a seguir con las cirugías (después de 20 creo que me lo merezco, ¡ajaja!) y esas yerbas – es porque medio que estoy un poco cansada de ir contra la corriente, así que digamos que estoy “descansando” y cargando las pilas…

Pero con algunas cosillas sigo siendo caprichosa y sigo yendo contra la corriente, aparte odio que me digan lo que tengo que hacer o dejar de hacer, así que seguiré nadando contra la corriente porque sé que en algún momento voy a llegar arriba, al final de la cascada, al origen del salto de agua, y voy a poder descansar…

Igualmente tengo que cuidarme de que no me agarre el oso.

 

 

 

¡Buen lo que queda de la semana Gente!