Sipi, llegó el Señor Invierno...
Lo mío es un amor odio con este señor...
Porque me gusta el invierno, pero..., ¿cómo les explico?
Y si, yo lo extraño cuando no está, más cuando me estoy muriendo de calor, pero cuando viene... y se me hielan las patitas... ya no sé si lo quiero tanto. Jaja!
Y no ahora porque estoy en mi wheelchair, nooo, siempre fue así...
Aparte que acá predomina el viento patagónico la mayoría del año.... Es raro que un día, un ratito, no corra viento...
El tema es que el viento se confabula con el Señor Invierno y se mete por cualquier agujerito, rendija, cierre que uno se olvidó de subir bien, o bufanda o gorro mal ajustado y.... ¡amigo! Se te hielan hasta las ideas... ¡Jaja!
Así que es una aventura salir por las callecitas de Trelew cuando hace frío y corre mi viento patagónico.
Con el viento me pasa lo mismo, amor-odio, pero hasta lo extraño por ahí... Casi lo he aceptado después de vivir casi 28 años en estas tierras patagónicas adoradas.
Lo bueno es que - vaso medio lleno, obvio - después de salir y "pelear" con el viento para que no se nos hielen las ideas, uno siempre tiene un buen hogarcito calentito para refugiarse y, como decimos acá: ¡Pasar Agosto!
Sipi, es mi leño hogar y ese es mi sobrino retoño.
¡¡Buen y fresco Martes!!
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