Aunque el título sea capcioso tiene mucho de cierto. (Lo de capcioso más que nada por la 2º acepción: adj. Dicho de una pregunta, de una argumentación, de una sugerencia, etc.: Que se hacen para arrancar al contrincante o interlocutor una respuesta que pueda comprometerlo, o que favorezca propósitos de quien las formula ).
Mi mamá solía decirme que “querer es poder” más cuando por X razones no me esforzaba por realizar alguna tarea y me daba “por vencida” muy fácilmente. Tengo que agradecer todas esas veces que me repetía eso y agregaba:
“No digás que no podés, decí que no querés y listo.”
Antes y después del accidente comprobé que nada es imposible si uno quiere hacer alguna cosa y se esfuerza por lograrlo. (Ok, aclaro que no soy naif, hay veces que no es tan así, pero son las menos).
“De las cosas pequeñas proceden las grandes”. Eso sí, no necesitamos salvar el mundo, simplemente hacer nuestra parte y tratar de mejorarlo. Pero no hablemos del “mundo”, hablemos de lo que tenemos más cerca, como en mi caso mi casa.
A lo largo de mi vida he vivido situaciones de mucha comodidad y situaciones de no tanta comodidad. Y aunque nunca he vivido situaciones extremas, digamos que sé adaptarme a las circunstancias y hacer mi parte para lograr que las cosas funcionen. A veces dependo de terceros, pero bueno, eso no lo puedo manejar y tengo que adaptarme igual.
¿Adónde quiero llegar con todo esto? Bueno, les cuento…
Antes del accidente hacía las cosas de mi casa como cualquier ama de casa a pesar de que trabajaba. Y si, la limpieza del hogar estaba a cargo de los que vivíamos en el hogar. Debo confesar que me encantan las tareas domésticas pero que cuando tengo que limpiar el baño, antes y ahora, lo hago bajo protesta, ¡ajaja!
Bueno, todo venía muy bien hasta que tuve el accidente y quedé en wheelchair/silla de ruedas.
Al principio el tiempo de “adaptación” fue duro pero con práctica logré ser una “capa” (lunfardo para decir la mejor, habilidosa, lo más (?), ¡jajá! ) en el tema de manejarme con la wheelchair y con lo que se refiere a realizar las tareas del hogar en silla de ruedas.
Vivo en una casa de dos plantas así que “mi parte” es la planta baja por razones obvias, o sea , y me toca mantenerla - dentro de mis posibilidades - lo más limpia y ordenada posible. El tema es que la cosa que se “complica” un poco no porque esté en silla de ruedas, sino porque tengo dos varones (mi retoñor y mi sobri-retoñito), está mi Little Sister, el autor de mis días y mi pastor alemán de casi 6 años que se llama Felipe y permanece dentro del hogar porque es mi retoño de 4 patas (?). Si gente, todos juntitos usan “mi parte” la mayor parte del día.
Al principio Little Sister, mi hermana, no solo me cuidaba a mí, sino que hacía todas las tareas del hogar.
Pero un día dije: Me voy a poner a lavar los pisos.
Y me puse a lavar los pisos.
Y si, fue como aquella vez que dije en el Hospital Fernández que me iba a sentar al borde de la cama cuando todos los médicos decían que NUNCA me iba a sentar y les demostré que “querer es poder”.
Volviendo a los pisos, (que hoy los lavé y por eso estoy escribiendo el post (?), ¡ajajaja! ), la primera vez quedaron mis ruedas marcadas por todos lados pero los limpié. Querer es poder.
Con el tiempo logré lavar los pisos y que mis ruedas casi no quedaran marcadas. Y no, no levito, aprendí “truquitos” para lograr que el piso quede “haarmoso” . Ah, y aclaro: tengo muebles , pero por suerte los puedo mover dentro de mis posibilidades, y si no, lo hace Little Sister. Eso sí, hay días que mi hermana se manda una limpieza “profunda” porque hay lugares donde no llego con mi silla de ruedas pero por razones de espacio más que nada.
Nada es imposible. Es cierto. No hay nada que hacerle.
Muchas veces pienso que si mis padres no me hubieran criado inculcándome y enseñándome que si quiero puedo, el tener el accidente y quedar en silla de ruedas hubiera sido la “excusa” perfecta para decir “no puedo” a muchas cosas, o decir “quiero pero no puedo porque estoy en silla de ruedas”.
Menos mal que también me enseñaron que no tengo que escudarme o buscar excusas para evitar lo que tengo, o mejor dicho, lo que quiero hacer.
Y convengamos que sé que cuando queremos hacer algo y depende de terceros, no podemos “obligarlos” a que hagan las cosas para lograr lo que queremos, pero también sé que la mayoría de las veces depende de NOSOTROS, no de los demás.
La clave es tener la capacidad de saber cuando depende de terceros y cuando depende de nosotros el “querer es poder”.
No es fácil pero vale la pena intentarlo, yo sé lo que les digo.