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mercredi 8 décembre 2010

Psicoterapia Breve, una alternativa


El individuo, en los tiempos que corren, se ve inmerso en un ritmo acelerado caracterizado por cambios constantes, conviviendo con la pérdida del trabajo, aumento de los índices de pobreza, lo que repercute en la falta de valores, siendo propensa la persona a caer en problemas de pareja o conflictos familiares, adicciones, alto nivel de estrés, problemas para conciliar el sueño, trastornos psicosomáticos, fobias e innumerables problemáticas psicológicas que demandan respuestas y decisiones adecuadas mediante soluciones rápidas. Ante este panorama la Terapia Breve resulta una opción efectiva y útil para paliar la angustia y ansiedad concomitante a tantas dificultades.

En términos generales se dice que la Terapia Breve nace en Estados Unidos, en la década del 50, precisamente en Palo Alto, California. Específicamente sus orígenes, que y sirven para comprenderla son:

  • El enfoque sistémico: Perspectiva que contempla al sujeto inmerso en un contexto de sistemas del cual él forma parte, se estudia la relación que el individuo vive consigo mismo, con los demás y con el mundo.

  • La teoría cibernética que desecha el concepto de "causalidad lineal", transponiendo el de "causalidad circular", constructo que defiende que cada suceso influye sobre otro suceso y a su vez queda influido por él, a diferencia de la causalidad lineal (causa-efecto) que no consideraba el efecto de feedback o retroalimentación.

  • La epistemología constructivista que supone que no existe una única realidad porque la realidad cambia según la óptica que escojamos para observarla.

  • Las investigaciones sobre el lenguaje persuasivo de Milton Erickson y los principios teórico aplicados de la comunicación desarrollados por Watzlawick, Weakland, Fisch, Jackson en el Mental Research Institute de Palo Alto, California.

La Terapia Breve busca solucionar los problemas del modo más rápido, eficaz y menos tensa posible. Mediante este abordaje, el terapeuta ataca la problemática que precisa el paciente como causante de la conflictiva que vivencia actualmente. Oponiéndose al Psicoanálisis tradicional que se basa en el pasado, la Terapia Breve acude al mismo cuando la persona que consulta lleva a sesión cuestiones pretéritas porque las considera importantes para solucionar su padecimiento presente y cuando el terapeuta considere necesario obtener recursos auxiliares y convenientes con el fin de aumentar el espectro de factibles soluciones al problema planteado.

El hecho de que la Terapia Breve implique tratamientos más cortos respecto a otras psicoterapias no significa que el trabajo terapéutico sea simple y fácil. Más que el número de sesiones, lo que define la Terapia Breve es la actitud de tiempo limitado por parte del terapeuta y del paciente. La idea es involucrar al consultante de manera que coopere con el fin de que el proceso sea lo mas eficaz y rápido posible. El eje de esta psicoterapia es un propósito definido que se sostiene centrando en la meta a ambos actores. Se define por un acuerdo recíproco y sirve una brújula para que la terapia no se centre en la superficie o se prolongue excesivamente buceando en las profundidades. El foco de la terapia también es ventajoso para apreciar los logros obtenidos y para determinar adecuadamente el momento de finalización del proceso terapéutico, una vez conseguidos los objetivos previstos.

Su primordial orientación involucra dejar de lado el pensamiento lineal causa-efecto para centrarse en el "cómo pasa" y "sigue pasando" el conflicto (en lugar del origen o motivo). La "causalidad circular", es decir, la interrelación e influencia recíproca entre los miembros del sistema, convierte al proceso terapéutico en un esquema completamente interactivo, en el que se complementan ambos partícipes expertos: el experto en técnicas de Terapia Breve, es decir, el terapeuta y el paciente, experto en su conflictiva. El esquema interactivo implica contemplar siempre cómo se relaciona el consultante consigo mismo, con los demás y con el mundo.Contrariamente a lo que sucede en el marco de otras teorías psicológicas, un terapeuta breve no emplea ni ejecuta ningún prejuicio sobre la definición referente a la "normalidad" o "patología" psíquica del paciente, sino que se detiene en las conductas o modos de vincularse con su propia realidad que son funcionales y eficaces o disfuncionales y fallidos. Así, el objetivo terapéutico se centrará en modificar esos comportamientos o esa forma de relacionarse con su realidad subjetiva que resulta disfuncional para la persona, siendo en el fondo la causa que la lleva a solicitar asistencia psicológica.

La Terapia Breve es un abordaje terapéutico breve que se ocupa por un lado de suprimir la sintomatología o la conducta que ha hecho que la persona acuda a consulta y por otro lado pretende crear un cambio en la manera que este individuo edifica su particular realidad personal e interpersonal. En la Terapia Breve el diagnóstico se realiza teniendo en cuenta el sistema perceptivo-reactivo individual, cuestión que implica que la realidad no es percibida de la misma forma por todas las personas ni se reacciona ante ella de un modo análogo. Cada individuo presenta su peculiar modo de percibir las cosas y sucesos, y esta sensación particular se construye en función a lo que cada uno siente y cree. Por ende, el procedimiento que impulsará a lograr cambios será una intervención terapéutica que suscite experiencias perceptivas específicas que ubiquen al individuo en un lugar desde el que pueda sentir algo diferente respecto a la realidad que debe cambiar. Cuando la persona registre y entienda la realidad bajo una modalidad distinta a cómo la venía percibiendo se darán, inevitablemente, cambios en la esfera emocional y en el campo conductual.

El problema que se padece va cambiando a lo largo del paso del tiempo, es así como en cierto momento vital el problema puede ser muy diferente al conflicto primordial. Además el hecho de entender el origen del padecimiento no implica que se esté en condiciones de resolverlo. En cuanto a la forma de solucionar las dificultades primero se debe considerar que no existe una relación lineal entre la forma en que un problema se crea y cómo el mismo persevera, y, sobre todo no hay un nexo lógico entre cómo el problema se crea y la manera en que puede superarse.

Debido a los conceptos descriptos anteriormente, en la Terapia Breve el estudio no se concentra en el "por qué" se creó la problemática, sino en "cómo" está funcionando actualmente y lo que ha hecho hasta el momento el individuo para sobreponerse a la misma. Es obvio que si una solución es eficaz el problema se resuelve en un tiempo no muy extenso, es en ese punto cuando se deben considerar y analizar los medios que está utilizando el individuo, infiriéndose que a pesar de aparecer como pertinentes no permiten solucionar el conflicto; por lo tanto el terapeuta se centrará en cambiar o bloquear las soluciones empleadas que no operan óptimamente apuntando a detener el círculo vicioso que nutre la continuidad del problema. Cuando se interrumpe el círculo vicioso se quiebra el equilibrio que lo sostenía, surgiendo indefectiblemente la expresa de imperiosidad de establecer una nueva ecuanimidad basada en las nuevas percepciones que el paciente tiene de la realidad.En otras palabras, el objetivo de la Terapia Breve es ayudar al consultante a superar sus propios patrones problemáticos mediante nuevas experiencias y formas de concebir la vida, cambiando así patrones y esquemas de convicciones. Este abordaje impulsa un marcado despliegue individual al liberar las aptitudes que hasta entonces permanecían ligadas a los conflictos, llegando a un adecuado y satisfactorio desenvolvimiento de la personalidad que permite gozar la vida positiva y razonablemente. Es por esto que este abordaje terapéutico plantea que el individuo posee sus propios recursos para resolver su problema.

Esta intervención terapéutica es ágil, dinámica, la relación con el paciente se da cara a cara, exigiendo del profesional un papel más activo, incluyendo una postura de atención selectiva y de directividad.

No debe entenderse que los cambios son la consecuencia de las normas que el profesional le da al consultante, sino que tales logros son producto de develamientos a los que se arriba de manera simultánea luego de un diálogo inteligentemente estructurado para este propósito. A partir del primer encuentro el diálogo constituye la herramienta terapéutica, tornándose los interrogantes estratégicos en el medio que conduce al paciente a “sentir” las cosas y los hechos de un modo diferente y, consecuentemente a cambiar reacciones, revelando recursos que se encontraban obturados por la manera de percibir pretérita, inflexible y patógenas en muchas situaciones. La habilidad persuasiva implica una sucesión de preguntas que, como un embudo, logran que el paciente se acerque mediante sus respuestas al punto determinante de sus creencias precedentes; llegado este momento clave la persona siente la obligación de cambiarlas, gracias a las nuevas percepciones despejadas en el marco del diálogo, sustituyéndolas por nuevas certidumbres más adaptativas.

Puede decirse que un tratamiento breve es eficaz cuando la reducción de la sintomatología o los cambios se advierten a partir de las primeras sesiones, producidos a partir de la intervención terapéutica, los que se manifiestan como profundos y permanentes. El trabajo terapéutico breve se centra en el problema que trae el paciente, no siendo necesario analizar otros aspectos de su persona que no se hallen vinculados directamente con el motivo de consulta.

El aspecto central de la Psicoterapia Breve Estratégica es el cambio, la forma en que el mismo se va gestando y cómo se promueve; además se pueden enumerar determinadas condiciones:

  • Apunta al “aquí y ahora” y no al “allá y entonces”.

  • Se trata de un abordaje focalizado, centrado en el problema y la búsqueda de soluciones conel fin de calmar las quejas y lamentos q ue presenta el paciente.

  • Postula que para resolver problemas no es un requisito el hecho de hacer conciente su origen y naturaleza.

  • El proceso terapéutico es muy personal, cada persona define los objetivos de su terapia y los pauta con el profesional.

  • Afortunadamente el cambio es posible, además de constante e inevitable. Al lograr un pequeño cambio positivo la persona confía en que podrá abordar nuevos logros; así el terapeuta debe identificar el cambio permanentemente.

  • Todo individuo dispone de recursos y habilidades para superar sus dificultades y resolver sus problemas, siendo el profesional quien debe acceder a esas capacidades para lograr que sean utilizadas por quien acude a consulta.

  • La tendencia a “etiquetar” un conflicto puede cristalizarlo y tornarlo crónico.

  • No hay una sola manera correcta y efectiva de considerar una situación; distintas miradas pueden ser igualmente legítimas.

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